Drones en Treviolo, norte de Italia, con voz mecánica alertan que la violación de la reglas durante la cuarentena conlleva sanciones administrativas y penales, además de tomar la temperatura corporal a la distancia.
Para el alcalde y gran parte de la población la máxima gravedad de esta situación justifica el uso de dos drones que vigilan las calles del centro y sus alrededores. Esta localidad de Lombardía, que cuenta con 11.000 habitantes y está ubicada a las afueras de Bérgamo, permanece en alerta desde que padece la propagación del COVID-19.
El uso de este sistema de supervisión y vigilancia se generalizó a medida que la pandemia se fue expandiendo, incluso en países en los que hace tan solo un mes este recurso habría generado un importante debate sobre una eventual violación de las libertades individuales.
En España, hay localidades que los utilizan para controlar las llegadas o el consumo de agua en los hogares; en Jordania, vigilan que el confinamiento se cumple a rajatabla; en Francia, sobrevuelan las playas y las márgenes del Sena; y en Grecia también controlan a Atenas y Tesalónica desde el cielo.
Fiebre sospechosa
Matteo Copia, responsable de la policía local, comentó que los agentes que manejan estos drones se encargan de elevarlos a 25 metros y hacer la recorrida, cuando visualizan a alguna persona lo bajan para medir la temperatura con mayor precisión, aunque admite que se trata de un resultado aproximado. En su pantalla de control, se ven dos siluetas con colores cálidos que permiten divisar cualquier caso de fiebre sospechosa. Además, con los sensores térmicos, los drones también son capaces de detectar a infractores nocturnos.
En caso de que la temperatura corporal se encuentre dentro de los parámetros normales se envía una patrulla para que tome la temperatura con un termómetro y defina si la persona violó la cuarentena obligatoria o si salió por motivos debidamentejustificados.
Legalidad del procedimiento
Matteo Copia explica que el proceder es perfectamente legal, ya que las imágenes de las personas controladas se mantienen en total confidencialidad, y asegura que la ciudad posee la autorización necesaria para utilizar estos drones.
Sin embargo, Antonello Soro, presidente de la autoridad italiana encargada de proteger los datos personales, advirtió que detectar concentraciones impersonales o con un gran número de gente no supone un problema, pero vigilar el respeto de la cuarentena a nivel personal, sí es cuestionable debido al alto número de datos personales que exponen este tipo de controles.