Sabemos que hay particulares y empresas que pueden y están dispuestas a pagar un servicio de monitoreo con todas las ventajas que ya conocemos. Un servicio que cuyo abono ronda entre los $2000.- y $4000.- según le empresa y las prestaciones contratadas.
Si consideramos la situación actual del país, la crisis por la pandemia y la creciente inseguridad, llegaremos rápidamente a la conclusión de que la gente necesita proteger su hogar pero no todos están en condiciones de pagar estos valores, que en la gran mayoría son más costosos que los servicios de luz, cable e internet que pagan mensualmente.
Estos potenciales clientes representan una porción importante del mercado.
Cada vez son más las personas que buscan un sistema de seguridad sin tener que recurrir a abonos mensuales de monitoreo.
Entonces las preguntas que deberíamos hacernos es:
¿Queremos perdernos esta porción de mercado?
¿Vamos a seguir insistiéndole a este segmento de clientes con una propuesta en la cual tienen que pagar un abono que no pueden o no quieren pagar?
¿No sería conveniente tener una estrategia para cada segmento de cliente?
Si simplificáramos el mercado de intrusión y solo lo dividimos entre clientes que eligen monitoreo y clientes que eligen automonitoreo, ¿por qué deberíamos ofrecer nuestros productos y servicios solo a un segmento si tenemos otro que incluso es mucho más grande?
Lo cierto es que si ustedes no lo ofrecen otro colega lo va a hacer aprovechando las oportunidades que nos brinda el mercado.
Recordemos que un sistema automonitoreable como Marshall permite una instalación inalámbrica en menos de una hora, se programa completamente desde su app y todo a un precio realmente competitivo.
Autor: Alejandro Luna, Socio y Gerente Comercial